Conflictos y vocación

"Por lo general, los hombres solemos ser juguete de las circunstancias" (...) Contra ésto se rebelaba su orgullo con titánica pujanza. ¿Qué se diría de él, y sobre todo, qué pensaría él de sí mismo, si el ideal de su vida, el hombre nuevo que había creado en su alma, si todos sus planes de virtud, de honra y hasta de ambición, se desvaneciensen en un instante, se derritiensen al calor de una mirada, por la llama fugitiva de unos lindos ojos (...)?